Más de tres décadas después de finalizada la guerra de Vietnam (1958-1975), y tras una década de su publicación, por primera vez aparece en castellano el libro Vietnam y las fantasías norteamericanas (ver contenidos y prólogo) del académico estadounidense H. Bruce Franklin (Final Abierto). Gracias a la cuidada traducción de Mario Iribarren, podemos leer uno de los textos más reveladores del complejo cultural que subyace a toda guerra moderna, dejando en evidencia que el frente de batalla también se desarrolla en las imágenes, las pantallas, la literatura e incluso los videojuegos (Fuente: Revista Ñ, El Clarín. 3 Abr 2010)
Entrevista (fragmentos):
-¿Qué significa Vietnam hoy para los EE. UU.?
-Aunque ahí se lanzaron más bombas que todas la utilizadas durante toda la segunda Guerra Mundial, toneladas de napalm, defoliantes y armas químicas, y casi 300 toneladas de explosivos por cada vietnamita, increíblemente las víctimas terminaron siendo los propios EE.UU. Entre los 70 y los 80 fue necesario revisar, reescribir y reorientar su historia infinidad de veces, a través de la gran usina de la cultura y del espectáculo estadounidense, para embarcar y conseguir el apoyo de la sociedad para otras guerras, especialmente la "gran cruzada contra el Mal" de la administración Reagan.
-¿Y terminó adquiriendo un nuevo significado?
-Vietnam dejó de ser una guerra, un país o un pueblo y su historia fue sepultada bajo capas y capas de mitos, filmes, textos y fantasías, y lo que fue una guerra de exterminio terminó siendo percibido por los estadounidenses como un concepto de algo terrible que les "sucedió": una enfermedad, una dolencia o una adicción que los afectaba. La sensación de amenaza, victimización y acecho persisten hasta hoy, y no fue casual que Bush padre inaugurara en abril de 1991 la primera guerra de la post guerra fría, la Guerra del Golfo para recuperar Kuwait del "Hitler iraquí", Saddam Husein, diciendo "por Dios, por fin nos hemos quitado de encima el síndrome de Vietnam".
-¿Hasta dónde este concepto de Vietnam sigue vigente?
-Uno de los mitos más importantes, y que convive hasta hoy, es el del prisionero de guerra (Prisioner of War, POW). Como cuento en mi libro, esta es una fábula increíble a tal punto que casi el 70% de los estadounidenses cree que muchos prisioneros fueron abandonados después de la guerra, cuando de hecho no hubo ninguno. Este fue incluso institucionalizado por Nixon en 1969 mediante una ley que impone que la bandera de los POW debe estar en todas las instituciones públicas, siendo así la única bandera que ha flameado junto a la estadounidense en la Casa Blanca, o incluso en el Capitolio. John McCain incluso casi gana las elecciones con esta figura icónica, tan difundida por Rambo y la maquinaria de la cultura y el espectáculo. A diferencia de las guerras anteriores, se idolatra a un héroe que no se caracteriza por haber realizado actos heroicos, algo impensable por ejemplo en la cultura militar de Japón, donde este hasta sería visto como un traidor o un cobarde.
-¿Pero la guerra de Vietnam misma tuvo un fuerte componente ideológico y fantástico?
-Sí, ya desde el inicio con el mito de que existía un Vietnam del Norte, con un despotismo comunista, que estaba invadiendo a un Vietnam del Sur democrático. Una fantasía creada y sostenida por los estadounidenses cuando los hechos y la historia iban casi en sentidos opuestos. Si bien el vector de la independencia vietnamita fue el partido comunista de Ho Chi Min, éste no sólo fue un aliado de Washington contra Japón y la Francia pro nazi de Vichy, sino que tenía tan presentes las ideas de libertad y democracia que representaban los EE. UU. en aquel entonces que su declaración de independencia fue casi una copia de la estadounidense. Durante la Guerra Fría, con su temido "efecto dominó" pro comunista, los EE.UU. apoyaron la vuelta del sistema colonial francés a Indochina transportando a la Legión Extranjera, llena de nazis y ex colaboracionistas galos.
-¿Qué significa Vietnam hoy para los EE. UU.?
-Aunque ahí se lanzaron más bombas que todas la utilizadas durante toda la segunda Guerra Mundial, toneladas de napalm, defoliantes y armas químicas, y casi 300 toneladas de explosivos por cada vietnamita, increíblemente las víctimas terminaron siendo los propios EE.UU. Entre los 70 y los 80 fue necesario revisar, reescribir y reorientar su historia infinidad de veces, a través de la gran usina de la cultura y del espectáculo estadounidense, para embarcar y conseguir el apoyo de la sociedad para otras guerras, especialmente la "gran cruzada contra el Mal" de la administración Reagan.
-¿Y terminó adquiriendo un nuevo significado?
-Vietnam dejó de ser una guerra, un país o un pueblo y su historia fue sepultada bajo capas y capas de mitos, filmes, textos y fantasías, y lo que fue una guerra de exterminio terminó siendo percibido por los estadounidenses como un concepto de algo terrible que les "sucedió": una enfermedad, una dolencia o una adicción que los afectaba. La sensación de amenaza, victimización y acecho persisten hasta hoy, y no fue casual que Bush padre inaugurara en abril de 1991 la primera guerra de la post guerra fría, la Guerra del Golfo para recuperar Kuwait del "Hitler iraquí", Saddam Husein, diciendo "por Dios, por fin nos hemos quitado de encima el síndrome de Vietnam".
-¿Hasta dónde este concepto de Vietnam sigue vigente?
-Uno de los mitos más importantes, y que convive hasta hoy, es el del prisionero de guerra (Prisioner of War, POW). Como cuento en mi libro, esta es una fábula increíble a tal punto que casi el 70% de los estadounidenses cree que muchos prisioneros fueron abandonados después de la guerra, cuando de hecho no hubo ninguno. Este fue incluso institucionalizado por Nixon en 1969 mediante una ley que impone que la bandera de los POW debe estar en todas las instituciones públicas, siendo así la única bandera que ha flameado junto a la estadounidense en la Casa Blanca, o incluso en el Capitolio. John McCain incluso casi gana las elecciones con esta figura icónica, tan difundida por Rambo y la maquinaria de la cultura y el espectáculo. A diferencia de las guerras anteriores, se idolatra a un héroe que no se caracteriza por haber realizado actos heroicos, algo impensable por ejemplo en la cultura militar de Japón, donde este hasta sería visto como un traidor o un cobarde.
-¿Pero la guerra de Vietnam misma tuvo un fuerte componente ideológico y fantástico?
-Sí, ya desde el inicio con el mito de que existía un Vietnam del Norte, con un despotismo comunista, que estaba invadiendo a un Vietnam del Sur democrático. Una fantasía creada y sostenida por los estadounidenses cuando los hechos y la historia iban casi en sentidos opuestos. Si bien el vector de la independencia vietnamita fue el partido comunista de Ho Chi Min, éste no sólo fue un aliado de Washington contra Japón y la Francia pro nazi de Vichy, sino que tenía tan presentes las ideas de libertad y democracia que representaban los EE. UU. en aquel entonces que su declaración de independencia fue casi una copia de la estadounidense. Durante la Guerra Fría, con su temido "efecto dominó" pro comunista, los EE.UU. apoyaron la vuelta del sistema colonial francés a Indochina transportando a la Legión Extranjera, llena de nazis y ex colaboracionistas galos.
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